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¿Qué son las franquicias?

Si estás pensando en invertir y por fin convertirte en empresario, las franquicias pueden ser una buena opción pues no se trata de una nueva idea, sino de un negocio que ha dado buenos resultados con anterioridad.

Una franquicia es un modelo de negocio que permite, mediante un contrato, hacer uso de una marca y una fórmula de trabajo que han sido probadas en el mercado y que han demostrado un cierto nivel de éxito, por lo que la probabilidad de que no funcione es menor que si se empieza desde cero.  Desde hace mucho tiempo he sido emprendedora y, por supuesto que el tema del riesgo en las inversiones me parece central. 

¿Qué son las franquicias?

El tema de franquicias lo recomiendo a mis clientes como una alternativa de inversión, siempre he pensado que existe una franquicia ideal para que cada inversionista con espíritu empresarial.  Cuando iba en la universidad quería convencer a mis amiga de invertir en una, recuerdo que fuí sola a la feria de franquicias, organicé un café para mostrarle la información pero, sólo hablamos de los chismes del momento y años más tarde tiré todos los folletos de mi fallida intención. Este año decidí retomar el tema, hoy en día existen alrededor de 900 marcas de franquicias, con precios que van desde veinte mil hasta doce millones de pesos o más, y existen más de ochenta y cinco giros diferentes en ramos como el alimenticio, automotriz, salud, turismo, vivienda… Con tan numerosas opciones de franquicias, igualmente hay gran variedad y diversidad de características. Cuando te interesas por una franquicia en especial, te proporcionan información general de su modelo para que la conozcas y, con base en esa ya puedes tener más claros los montos de inversión, requisitos, territorios y condiciones fundamentales; todo esto antes de haber visto el contrato.

Mediante el contrato de franquicia, el dueño de la marca (franquiciante) entrega al franquiciatario el know how del negocio, capacitación, manuales de operación y de identidad de la marca, la tecnología y la licencia de uso. Además de señalar los derechos y obligaciones, se indican las regalías que hay que pagar al franquiciante (en general, entre dos y ocho por ciento sobre las ventas) y la cuota inicial que hay que cubrir para recibir toda la información para arrancar la franquicia.

Tal vez nos parezca que pagar cada mes y “por adelantado” sea sólo un gasto; lo cierto es que se trata de una inversión.  Cuando se emprende un negocio por cuenta propia se tiene que aprender de todo —frecuentemente, echando a perder— conforme va avanzando el negocio: rentar el local apropiado, buscar proveedores, contratar personal, seleccionar mobiliario, realizar marketing, decidir publicidad, etcétera.  Con una franquicia se puede reducir la curva de aprendizaje, y eso tiene valor.

¿Cómo funcionan las franquicias?

Normalmente, las franquicias funcionan en uno de estos tres escenarios:

• Si es llave en mano, el franquiciante (con tu dinero) se encarga de adecuar el local, comprar el mobiliario y capacitar al personal; es decir, deja todo listo para operar.
• El franquiciatario sólo te proporciona los proveedores para que ellos instalen todo.
• Tú te debes hacer cargo de la instalación, siguiendo los lineamientos del manual de identidad.

Muy pocas franquicias te pueden dar sugerencias de lugares donde poner el local, en la mayoría de los casos uno es quien debe buscarlo bajo ciertos lineamientos. Sin embargo, hoy en día también existen las franquicias digitales que utilizan una plataforma como aparador o canal de ventas, lo cual no hace necesario un lugar físico y en las cuales el dueño de la marca te puede ayudar con la parte del marketing digital. En esta opción también debes considerar una inversión inicial.

Para adquirir una franquicia también se deben considerar otros costos asociados: asesoría legal para la revisión del contrato, estudio de marcado, renta del local, trámites de permisos y licencias, servicios como agua, luz, teléfono del local, publicidad, seguros, pago de salarios, entre otros.  La buena noticia es que existen algunos financiamientos para adquirir franquicias —incluso del franquiciante— por parte de bancos y puedes aprovechar algunos programas de gobierno que apoyan el emprendimiento.  En todo caso, no dejes de considerar el tiempo que lleva alcanzar el punto de equilibrio, por lo que siempre debes contar con un fondo de contingencias, así como un presupuesto detallado de gastos e ingresos, que será tu mejor herramienta de planeación.

Después de visitar la feria, decidí investigar más en la Asociación Mexicana de Franquicias (AMF), lo que me dio más confianza, aunque no todas las marcas están afiliadas. La AMF es un órgano regulador que ayuda a tener claridad y transparencia de las marcas, además de validar que lo que ofrece una franquicia sea real.  No dejes de confirmar que la marca esté registrada en el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI), conocer el monto total de inversión, procura conocer las oficinas corporativas de la franquicia, conoce su historia, reputación, éxitos y fracasos, visita algunas unidades y procura platicar con un franquiciatario sobre su experiencia.

Las franquicias son un sector con bastante crecimiento y representan poco más del cuatro por ciento del PIB nacional, lo que demuestra su fortaleza como opción de inversión.

Al igual que con cualquier emprendimiento es importante que conozcas del producto, que te guste y de ser posible que te apasione para incrementar tu éxito.  Por mi parte, estoy estudiando un par de franquicias que me interesaron y que se ajustan a lo que me gusta y a lo que quiero hacer con mi tiempo y dinero. A ti, ¿qué franquicia te llama la atención?

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